Jair Bolsonaro, el nuevo presidente de Brasil amenaza con una purga. Destruirá a los funcionarios que defiendan ideas comunistas o socialistas
«La sociedad ha dicho basta a las ideas socialistas y comunistas que nos llevaron al caos actual».
El ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, dijo que la decisión reestructurar la administración pública y destituir a los funcionarios no alineados con las ideas de Bolsonaro es parte del compromiso electoral. «Sabemos del uso de la máquina realizado en los casi 14 años del Partido Trabajador, que se quedó aquí».
«No tiene fundamento tener aquí ideas socialistas, comunistas o cualquiera de esas cosas». «Para no salir cazando brujas, exoneramos y después conversamos. Vamos a ‘despetizar’ (en referencia al Partido trabajador «PT») Brasil.
En su primera reunión, los 22 ministros de Bolsonaro han acordado además eliminar la secretaría de diversidad, delimitar los territorios indígenas o vender los edificios públicos y privatizar la gestión de las infraestructuras.
La medida recuerda a la de Adolf Hitler tras llegar al poder en Alemania, el Ejecutivo nazi aprobó la Ley para la Restauración del Funcionariado Público Profesional, que excluyó de la función pública a los judíos y a las personas “poco fiables”, o lo que es lo mismo, a sus adversarios políticos: los comunistas.