La CEOE plantea «un contrato estable en su duración, que será indefinida, pero flexible en su finalización». O lo que es lo mismo, una suerte de contrato único, o contrato temporal de larga duración.
La finalidad es que las empresas «no tengan los problemas que conlleva actualmente la rescisión de un contrato ordinario de duración indefinida».
O lo que es lo mismo, desamparar al trabajador en su defensa en los tribunales, y que el empresario no pague una indemnización por extinción improcedente del contrato, que por puede ser de hasta 33 días por año trabajado, hasta una cuantía máxima equivalente a dos años de salario.
El despido sería prácticamente libre si, salvo si es»por el incumplimiento de los requisitos formales», por incumplir los plazos de comunicación escrita del despido, el preaviso y el pago de la indemnización.
Esto llevaría a la empresa a no tener que defenderse en los tribunales, ya que la indemnización estaría fijada por ley.
UGT ya ha mostrado su indignación: «Parece mentira el nivel y la catadura de la dirección empresarial que tenemos en España, que vuelve a sacar recetas que tienen más que ver con el principio de la Transición que con la situación actual«.
«Pretenden desplazar el espacio de la negociación colectiva». «Nos llevan a tiempos pasados a los que no queremos volver».