La benemérita entró en la iglesia de El Salvador de la localidad de Pedroche (Córdoba) de 1.500 habitantes en la que se celebraba la tradicional misa de los domingos.
Sobre las 12:30 horas del domingo, una patrulla de la Guardia Civil se desplazó hasta el lugar donde un agente entró en la parroquia para comunicar a los presentes que tenía que permanecer en casa para cumplir con el decretado estado de alarma en el país por la crisis del COVID-19.
José Antonio Agüero, el párroco, ha manifestado al diario de Córdoba que había presentes 8 personas y que estaban cumpliendo con la distancia de seguridad: «no entiendo este atropello. El decreto no impide la libertad de religión».
El párroco ha manifestado que si se prohíben las misas acatará la decisión.
En el estado de alarma figura en su art. 11 que se deben aplicar medidas de contención en relación con los lugares de culto y con las ceremonias civiles y religiosas.
«La asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas, incluidas las fúnebres, se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro.»
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