La Generalitat ha ordenado el confinar a la comarca del Segrià, de la que Lleida es la capital por un brote de COVID-19 que se ha disparado en los últimos días.
210.000 personas han sido confinadas este sábado a las 16 horas y permanecerán en vigilancia por los Mossos hasta nueva orden dado que no hay una fecha establecida de fin de la medida de prevención.
Ayer el Departamento de Salud ordenó instalar un hospital de campaña al lado del principal hospital de la ciudad, el Arnau de Vilanova.
“A partir de las 16 horas quedará prohibida la entrada y salida de la comarca salvo para personas trabajadoras, transportistas, prestación de servicios y otras actividades económicas”, ha declarado el conseller de Interior, Miquel Buch.
La consellera de Salut, Alba Vergés ha declarado que hay que “Reducir el número de personas con las que nos encontramos es básico, también reducir las actividades que hacemos”.
Se ha descartado un confinamiento extremo, pero sí ha pedido a la población vulnerable permanecer en sus domicilios y que “solo salgan para aquello imprescindible”.
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