Este martes, Médicos sin Fronteras ha hecho público un informe que bajo el título «Poco, tarde y mal» pretende denunciar el desamparo de los mayores en residencias durante la Covid-19 en España.
Ximena de Lollo ha indicado en el programa «Al Rojo Vivo» que, dependiendo de la fuente, los fallecidos en pacientes covid positivos en las residencias de mayores representan entre un 50% y un 70% del total durante la pandemia y ha explicado que: «El hecho de que las residencias no sean estructuras medicalizadas y que su personal no estuviera capacitado para atender médicamente a un paciente han sido de las cosas que han ayudado a llegar a esta situación«.
Y ha añadido que: «Estas instituciones estaban bajo otro mandato con lo cual hubo un retardo en el cambio de competencias y la movilización de recursos desde el área de Salud hacia las residencias. Es como si en un colegio tuvieran que de pronto hacer frente a la atención médica de niños, es algo muy complicado.»
«Tampoco contaron con la formación adecuada y, sobre todo en una primera fase que fue muy dramática, no contaban con material de protección. Y por otro lado, en la primera fase de la epidemia se priorizó la estructura sanitaria pensando que el colapso se iba a dar en hospitales y centros de salud, cuando luego la mayoría de las víctimas han estado en residencias», ha continuado de Lollo.
Por otro lado, la responsable de la respuesta en residencias de la organización, ha mostrado su preocupación por la dignidad del paciente. «Ya no se trata solamente de controlar la infección, sino en qué condiciones estaban estos residentes sanos y enfermos, porque hubo residentes que estando sanos fueron aislados, inmovilizados y los médicos sabemos que esto para un paciente mayor tiene consecuencias muy graves a nivel de la salud».
En el informe también hablan de situaciones inhumanas. De Lollo menciona la incapacidad de dar la asistencia médica que necesitaban y narra un episodio en el que estuvo en una residencia en donde habían quedado los pacientes más graves y había solo 2 o 3 personas para atender a 20 pacientes graves con dificultad respiratoria, con cuadros muy severos que hubieran necesitado una referencia al hospital.
Por otro lado señala la situación de desamparo y soledad en la que se encontraban estas personas que hicieron frente a situaciones muy angustiantes como la falta de comunicación con la familia y el miedo.
En el informe, para que esto no se repita en un futuro, hacen una serie de recomendaciones tanto a nivel gubernamental, a nivel de los sistemas de salud, de la sociedad civil y plataformas que gestionan y agrupan a gestores de residencias para una respuesta coordinada.
«El tema de capacitación y formación de personal, el tema de recursos humanos ha sido algo muy grave. También el tema de la dignidad del paciente, la respuesta tiene que estar centrada en el cuidado al paciente y no en evitar en una enfermedad. Tiene que contemplar también el tema de la atención psicosocial tanto para personal como para familias y para los mismos residentes y poder explicarles lo que está pasando», ha señalado.
A nivel de recursos materiales y financieros todo lo que sean equipos de protección, etc deben estar disponibles pero también el personal debe estar formado de cómo utilizarlo y sobre todo, reforzar a nivel de la atención primaria y derivaciones hospitalarias para que no vuelva a suceder la situación de que una persona por vivir en una residencia no tenga derecho a la misma atención médica que tendría una persona que vive en su casa.
En el documento se recogen testimonios de profesionales que auxiliaron a los centros sociosanitarios como un jefe de bomberos que cuenta cómo ante el miedo y falta de pruebas se encerró a los residentes en sus habitaciones. «El resultado era espantoso: una sucesión de puertas cerradas, en ocasiones con llave, y personas golpeando y suplicando por salir. Un horror», relató.
Además, la organización ha constatado que durante el pico de la epidemia «no se priorizaron las derivaciones hospitalarias ni los circuitos preferentes, ni otros recursos disponibles» para que los mayores enfermos fueran trasladados a hospitales. «Tampoco hubo una respuesta inmediata, adecuada y orientada a salvar vidas, y coordinada con los servicios asistenciales y de salud», ha denunciado de Lollo.
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