Editorial de Carles Francino en la cadena SER radio sobre las elecciones de mañana 28A.
Llevo unos días con una sensación bastante rara, y un poquito cargante también. No hay conversación, ya sea con amigos, conocidos, colegas de profesión, incluso con algún familiar, imagino que les habrá ocurrido lo mismo, no hay conversación que no empiece diciendo alguien: “Estoy acojonado con los resultados del domingo”.
Bueno, pues sinceramente, yo lo que estoy un poco harto de esta actitud, estoy bastante cansado ya.
¿Acojonados por qué? Ya sé que se encendieron muchas alarmas desde los 400.000 votos a Vox, que desde entonces las expectativas de este partido que reivindica la figura de Franco, con todo lo que ello significa, no han parado de crecer.
Pero, ¿de verdad en España existe una mayoría tan grande de ultraderecha como para que los demás sigamos la corriente o estemos atemorizados? No, yo creo que no.
Lo que hay que hacer es estar preparados, y decididos para ir a votar el domingo.
Y contar y denunciar exactamente lo que propone VOX. Y si eso es darles un altavoz, pues vale.
¿Damos por hecho que este país se merece que este partido marque el rumbo durante los próximos años?
Nada de bajar la voz y encogerse. Yo, al menos, no.
Y por cierto, pase lo que pase el domingo, con más o menos ultraderecha en el parlamento, no olvidemos que los caminos de crispación, de insultos, de mal rollo, de odio incluso, que estamos transitando desde hace tiempo, algún día habrá que desandarlos.