El diputado de VOX, Antonio Salvà, padre del Guardia Civil Diego Salà, víctima de ETA en Palmanova en el año 2009, protagonizó un momento de tensión en el Congreso.
Su intervención empezó mal, teniendo problemas para poder enchufar el micrófono de su escaño para realizar su pregunta, problema que resolvió su compañero de partido Ortega Smith.
El diputado acusó a Marlaska de estar concediendo un «indulto encubierto» a los presos de ETA con la política penitenciaria que se está aplicando a los miembros encarcelados de la banda.
Los traslados de los presos de la banda como de cualquier otra gente, se atiende a los criterios de legalidad», le respondió el ministro de Interior.
Salvà también afirmó que Marlaska tenía la potestad de los permisos penitenciarios y el PNV el de los terceros grados, lo que calificó como «trampa».
«Dicen ustedes que ETA no existe», le dijo a Marlaska al que instó a escupirle: «bien podrías usted escupirnos a la cara explícitamente, aquí tiene mi cara y le escupe, la afrenta no sería mayor».
El ministro le replicó recordándole la ley y la política penitenciaria: «la política de dispersión era una política antiterrorista, vencida ETA, desaparece».